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Importación legal y uso correcto del mercurio en actividades mineras

El mercurio, un metal líquido y brillante a temperatura ambiente, ha sido históricamente empleado en una diversidad de aplicaciones, tales como termómetros tradicionales, lámparas fluorescentes y algunos interruptores eléctricos. Actualmente, su uso principal se encuentra en la minería aurífera, específicamente en el proceso de amalgamación, que facilita la extracción de oro. No obstante, este metal ha sido objeto de creciente preocupación debido a los severos riesgos que plantea para la salud pública y el medio ambiente.

La exposición al mercurio, ya sea por contacto directo o inhalación de sus vapores, conlleva graves consecuencias neurológicas, respiratorias y sistémicas en la población. Asimismo, cuando el mercurio ingresa a los ecosistemas acuáticos, se transforma en metilmercurio, una forma altamente tóxica y bioacumulativa que se incorpora en la cadena alimenticia acuática. Este proceso, conocido como biomagnificación, incrementa la concentración de mercurio a medida que sube en la cadena alimenticia, provocando efectos adversos en seres vivos, incluyendo humanos, que pueden ser letales e irreversibles.

En un esfuerzo por visibilizar las implicancias de la minería ilegal en la Amazonía, el Centro de Documentación e Información Bolivia (CEDIB), en colaboración con organizaciones de otros seis países amazónicos, publicó recientemente el informe titulado “Minería Ilegal de Oro: Impactos sobre los Derechos Humanos y la Biodiversidad en la Amazonía”. En lo que respecta a Bolivia, el estudio destaca que el mercurio se ha convertido en uno de los problemas ambientales más críticos en la región amazónica, afectando tanto la salud de las poblaciones indígenas como la biodiversidad. El informe además resalta la carencia de control estatal sobre la importación y uso de mercurio, lo que ha posicionado a Bolivia como un centro regional para el tráfico ilegal de este metal, exacerbando la crisis ambiental en la Amazonía.

A nivel internacional, se han implementado esfuerzos sustanciales para mitigar los efectos adversos del mercurio mediante la adopción de marcos legales. En 2013, se suscribió en Japón el Convenio de Minamata sobre el Mercurio, en honor a la población de Minamata que sufrió los devastadores efectos del envenenamiento por mercurio, originado por la liberación de desechos industriales en la bahía de Minamata, afectando la cadena alimentaria local. Bolivia, en línea con este compromiso global, ratificó el Convenio mediante la Ley N° 759 del 18 de noviembre de 2015, comprometiéndose a desarrollar políticas y regulaciones para proteger tanto la salud pública como el medio ambiente de los efectos nocivos del mercurio. Sin embargo, el país continúa enfrentando serios desafíos en el control del tráfico ilegal de este metal.

En cuanto a la implementación del Convenio y la Ley N° 759, Bolivia ha establecido un marco regulatorio que incluye el Registro Único de Mercurio (RUME), el cual debe ser cumplido por toda entidad pública o privada que desee importar mercurio de fuentes y países signatarios del Convenio. Conforme a la Resolución Ministerial N° 325 del 5 de junio de 2023, el Ministerio de Medio Ambiente y Agua exige a los países exportadores completar un formulario para obtener el Consentimiento Escrito de la autoridad boliviana, permitiendo un control riguroso sobre el origen, cantidad, destino y disposición final del mercurio importado.

Además de estos requisitos, las entidades importadoras deben obtener una Licencia Ambiental de su actividad y la Licencia Ambiental de Sustancias Peligrosas, en cumplimiento con los requisitos de evaluación de impacto ambiental y demás compromisos establecidos por la normativa ambiental general. Asimismo, deben elaborar un Programa de Gestión de Salud y Seguridad en el Trabajo, aprobado por el Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social, para garantizar la seguridad en el manejo del mercurio y minimizar el riesgo de accidentes laborales.

Resulta crucial subrayar que, dada su importancia en actividades industriales y mineras, el mercurio continuará siendo utilizado, por lo que resulta preferible que su importación y uso se ajusten a los términos legales establecidos para mitigar sus efectos adversos. Si bien existen alternativas al mercurio, como el cianuro, estas también pueden generar daños ambientales significativos si no se emplean de manera adecuada, por lo que no existen opciones plenamente «inocuas» para el medio ambiente o la salud pública.

Por tanto, es indispensable que todos los actores, tanto públicos como privados, busquen asesoramiento legal y técnico para garantizar la importación y el uso regulado del mercurio, implementando en sus procesos industriales o mineros métodos y tecnologías que minimicen los impactos negativos, en aras de proteger la salud, el medio ambiente y el bienestar de la sociedad en su conjunto.

André L. Tejerina Queiroz

Asociado especialista en Derecho Ambiental